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Qué es el destete ?

Aunque desde el lenguaje corriente se hable de destetar al bebé desde determinismos pediátricos o culturales, entendemos que el destete no debería ser considerado un hecho aislado en el vinculo temprano, ya que requiere de la acomodación y el acuerdo de cada pareja madre – bebé. No hay una edad establecida para lograrlo, ni es una decisión que deba tomar ningún experto, sino que es un “acontecimiento” singular y único de cada díada.

El destete es una etapa fisiológica y psicológica importante, no solo para el niño sino también para el adulto encargado de la crianza, que debe contextualizarse en la cultura y la situación de vida de cada familia y cada sociedad, ya que el amamantamiento no es una condición universal.

Algunas investigaciones y estudios antropológicos nos informan que se ha encontrado que en la mayoría de las sociedades primitivas, el destete ocurre en una franja muy amplia, comprendida entre los dos y los cinco o seis años. Sin embargo, actualmente en las sociedades industrializadas 78.4% -¡¡setenta y ocho por ciento!!!- de los infantes son destetados antes de los seis meses de vida.

Una antropóloga norteamericana, ha recogido información acerca de la edad de destete de los primates no humanos, poniéndola en relación con variables del ciclo vital, tales como peso al nacimiento, peso del adulto, período de gestación y erupción de molares permanentes; extrapolando estos datos a la especie humana, parece que el destete natural podría ocurrir entre los dos años y medio y los siete años

Como vemos hay diferentes patrones de destete, tantos como culturas, costumbres, creencias y personas en el mundo. Y así podríamos seguir sumando información que nos mostraría que el  tema del destete es un tema complicado, que reúne diferentes opiniones según quien sea que las fundamente, pero ninguno reúne una evidencia tal que pueda desestimar cualquiera de las demás.

Esta complejidad genera muchas presiones a la hora de pensar cual es el momento adecuado en el interior de cada vínculo de una madre con su hijo. Muchas veces las madres ocultan esta situación para evitar ser criticadas por familiares y/o pediatras que, sostenidos en argumentos científicos y/o creencias, parecerían estar lejos de poder  comprender más sensiblemente que sucede en ese vínculo.

Ahora bien, el destete no se trata solamente de los problemas debidos a que se deja al niño sin el alimento líquido tibio que le llega a la boca por succión del pecho o de una tetina sino también de la existencia de frustración de la presencia de la madre, que a menudo aprovecha el cambio de alimentación para estar menos con el pequeño que precisamente en estos momentos tendrá una  necesidad mas grande de ella fuera de las horas de las comidas, para este alimento afectivo y sensorial que son para un bebé la presencia y los pequeños intercambios de juegos, de caricias, de sonrisas y de voz que tiene con su madre

Lo más importante para el bebé, es tratar de que lo viva en un buen momento para él, es decir, cuando comience a sentir por un lado la necesidad de un alimento más sustancial, coincidente con el momento en que aparecen los dientes y se ha adquirido la facultad de meter objetos en la boca, y por otro cuando su mamá comience a dejar de ser para él, una necesidad exclusiva pudiendo así incorporar, otros alimentos afectivos.

Ambas cuestiones deberían poder conformar una integración psicosomática en la mente del bebé, y de esa manera la separación de su exclusiva madre nutricia implicaría un momento de desarrollo en el vínculo, de resolución no traumática.

No obstante este crecimiento, es a la vez satisfactorio y doloroso, tanto para la madre como para el pequeño:

  • Para el bebé será satisfactorio porque a partir de él, no solo podrá succionar, sino triturar, masticar, deglutir, incorporar…y conocer mayor cantidad de sabores, colores y texturas del mundo que le rodea; y doloroso porque estará un poco más alejado del cuerpo de su madre a la hora de alimentarse.
  • Para la madre, también es un logro que despertará ambivalencia, por un lado el dolor de pensar que el bebé ya no la necesita solo a ella, pudiendo aparecer estados angustiantes, porque su decisión de retirarle el pecho pueda convertirla en una “mala madre”…pero también verá con alegría que su pequeño ha superado etapas de mayor indefensión y dependencia, pudiendo ahora elegir, probar y disfrutar con “mas autonomía”.

Para concluir este tema podemos decir que, dentro de la evolución del desarrollo emocional, el destete representa otra fase de la separación – algunos opinan que la primera ocurre con el nacimiento, cuando el bebé abandona el espacio materno y se corta el cordón umbilical-, que comporta dos aspectos, uno positivo y uno negativo:

  • el negativo es que para el niño puede dar la impresión de que todo se va a perder, la envoltura, el consuelo, la intimidad; y la madre puede abrigar la sensación de que es algo exclusivo entre ella y el bebé, y por lo tanto nadie más puede hacerlo, por lo que habrá que pensar como aceptará el niño y la madre que otras personas le den de comer.
  • el positivo, es que se abre todo el mundo como un patio de juegos en el que se accede a innumerables cosas nuevas, interesantes y desafiantes. Madre e hijo se encuentran muy comprometidos afectivamente  en este proceso emocional, y así como puede experimentarse una gran sensación de perdida también podrá vivenciarse una de gran apertura y crecimiento.

El destete en la alimentación entonces, suele ir acompañado de un destete de atención exclusiva, y esto hay que poderlo “masticar”, aunque ya haga mucho rato que tengamos dientes…

Lic Susana Maquieira